Reivindicando el oficio de colapsista
Cuando entendimos estos cuatro puntos, nuestra organización evolucionó del ECOLOGISMO al COLAPSISMO.
1.) No se puede crecer infinitamente en un mundo finito.
No solucionaremos ningún problema medioambiental y social sin abandonar el sistema actual basado en el crecimiento, la competencia y la avaricia.
Cualquier solución planteada que no pase por salir del capitalismo, es ineficaz e inútil.
2.) Las llamadas “energías renovables” no existen.
Realmente son sistemas temporales de captación de energías renovables (sol, viento, etc..), que, para su minería, producción, transporte, instalación y mantenimiento, necesitan gran cantidad de energía fósil. Además, son sistemas hechos con materiales finitos, con bajas tasas de retorno energético y con vidas útiles no superiores a los treinta años.
Una “Transición Energética” de combustibles fósiles a renovables, es inviable.
3.) No existe ningún partido político ni organización ecologista de cierta importancia, que pongan el foco en los dos puntos anteriores.
Eslóganes como “Crecimiento verde/sostenible”, “Economía circular”, “New Green Deal”, “100% Renovables”, son imposibles y contraproducentes, ya que desvían la atención de lo que realmente hay que hacer inmediatamente: decrecer y reparar.
4.) No hay tiempo. Tenemos menos de una década para no traspasar el límite de seguridad de +1,5ºC, y evitar desencadenar mecanismos naturales de retroalimentación que nos llevarían a un cambio climático catastrófico.
Además, en esta década entraremos de lleno en el Peak Everything, lo que complicará una posible transición ordenada a otro modelo de sociedad realmente sostenible y justa.
Una vez comprendido estos cuatro puntos, es realista considerar la posibilidad de que esta sociedad va directa -y acelerando- hacia el colapso civilizatorio y si nos descuidamos a la propia extinción del ser humano. Por todo ello, defendemos con orgullo el oficio de COLAPSISTA porque:
A.) No es una opinión personal o una actitud.
Son escenarios basados en la ciencia, cada vez más cercanos y con más probabilidades estadísticas de que ocurran.
B.) Visualizar el colapso energético, económico/social, climático y ecológico, permite asimilarlo, anticiparnos, construir sociedades resilientes y adaptarnos. Es decir, contribuye a articular un un plan B.
C.) Comunicar la posible llegada de un colapso civilizatorio, no tiene nada que ver con llevar a la inacción o a la apatía. Es más, implica todo lo contrario. El colapsismo, bien entendido, debe basarse en construir alternativas que nos sirvan para amortiguar los peores escenarios.
D.) No, no somos pesimistas, catastrofistas, agoreros ni lo hacemos para llamar la atención. Al revés, nos encanta la vida y seremos los primeros en alegrarse si estas predicciones fallan.
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